En los últimos meses he desallorado una pequeña afición por el arte de cocinar y he notado un curioso fenómeno. Hay ocasiones en las que tengo todo el tiempo del mundo y puedo preparar una suculenta cena, con sabores innovadores, bien desarrollados y mucho refinamiento. Pero a veces sucede que la prisa me obliga a tirar elementos en la olla sin mucho cuidado, y al final, se produce una cena sencilla, familiar, pero igualmente deliciosa. Esa anécdota aplica perfectamente al mundo del séptimo arte. En ocasiónes vemos estas mega-producciones, rebuscadas, refinadas y meticulosamente diseñadas que producen experiencias suculentas en la panalla. En alguna otra instancia, sin embargo, los realizadores solo buscan salir del paso, y hacer algún dinerito, pero el resultado de su "esfuerzo" es una experiencia tan rica y satisfactoria como la que más. Ese precisamente es el caso de Casablanca.
Ninguna de las partes envueltas en la producción de esta cinta esperaban mucho de ella. Para ellos, era solo una de las cientos de cintas que se rodaban en Hollywood cada año. Claro, contaba con el poder protagónico de Humphrey Bogart y la inigualable Ingrid Bergman, pero aún así, para muchos era solo una cinta para cumplir con el calendario. Que equivocados estaban. Una historia sencilla sirve como el motor de la obra, y digo sencilla en su presentación, pues sin duda encierra cierta complejidad al tratarse de un intento de un grupo de seres intentando sobrevivir a las circunstancias que le rodean. Debemos recordar que al momento de su publicación, el mundo se encontraba en medio de la Segunda Guerra Mundial y sus tensiones dominaban el debate público. Aún así, la manera sencilla en la que se presenta da paso al desarrollo de algunos de los personajes más inolvidables de la historia del cine, ayudados por un gran libreto, repleto de lineas memorables y dialogos muy efectivos.
Humphrey Bogart, el gran Humphrey Bogart, nos interpreta a Rick Blaine, un americano expatriado en Casablanca que debe navegar una madeja de complicaciones que incluyen documentos sensitivos y la reaparición de un antiguo romance. Me impresiona Bogart porque, siguiendo con la tónica generalizada de la producción, produce una interpretación sin pretensiones, llena de honestidad, y gran profundidad. Es aún más sorprendente pues es el primer personaje de Bogart que lo aleja del tipo al que estaba acostumbrado hasta ese punto en su carrera. Casablanca es en el fondo una película romántica, y no sería digna de ser llamada un clásico sino contara con una pareja explosiva en escena. La contraparte de Bogart surge de la figura de Ingrid Bergman, en un papel luminoso, cálido y muy efectivo. Para mi, la química entre Bergman y Bogart hacen de esta cinta una imperdible pues los momentos en que comparten la escena son consistentemente deliciosos. Los vemos juntos y olvidamos que se trata de dos actores que interpretan sus personajes, y pensamos de momento que en realidad entre ellos existe una larga y complicada relación romántica. En realidad el trabajo de Michael Curlitz, su director, no es nada del otro mundo, aunque hace bien en no entremeterse en el camino de la historia y los personajes. La banda sonora es considerada al día de hoy una de las mejores y más duraderas del medio y no es para menos, la música de Max Steiner, basada en La Marsellesa, y "As Time Goes By" es una de gran belleza y añade gran subtexto a las escenas. Hay que notar que la cinematografía, en aquellas tomas que enfocan a Bergman, logran darle una calidad casi etérea a la actriz Sueca que resultan un tanto hipnóticas. Aunque les reitero, Casablaca no es un clásico por sus logros técnicos.
Esta cinta es una muestra inborrable que nos recuerda que más no necesariamente significa mejor. Es una cinta sin pretensiones, sin delirios de grandeza, que utiliza grandes personajes, grandes historias y grandes relaciones para contar una historia que difícilmente olvidamos una vez la experimentamos. Es de esas cintas que mientras más la veo, más me gusta, así que, si no la han visto... ¿qué esperan?
Lo Bueno:
- La actuación de Bogart.
- La actuación de Bergman.
- La química entre Bergman y Bogart.
- La historia es interesantísima, sobre todo en el contexto de sus personajes.
- Los dialogos y el libreto en general.
- La música.
- Algunas de sus líneas forman parte de la mitología de Hollywood.
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