martes, 31 de julio de 2012

Citizen Kane (1941)


                                                                                                                 Por: Markos              

"Rosebud"

Citizen Kane es monumental, comencemos por ahí. Es una película que exige que la veamos más de una vez, y que la veamos con extremo detenimiento pues cada pedazo de cinta encierra un caudal de tesoros cinematográficos.
Tiene una riqueza visual tan impactante que a veces estamos tan hipnotizados por lo que estamos viendo que no prestamos tanta atención a lo que esta sucediendo. Hay dos escenas, ambas muy tempranas en la cinta, que ilustran este hecho a la perfección. En una, la primera de la cinta, vamos enfocando ciertos detalles arquitectónicos, mientras a lo lejos vemos una estructura semi-oscurecida, mientras van cambiando las tomas, enfocando distintos detalles, la estructura va creciendo en tamaño, pero siempre en el trasfondo, y casi no la notamos hasta que nos damos cuenta de la escala gigantesca de Xanadu, el nombre de la estructura. Es solo un pequeño detalle que presagia que durante las próximas dos horas tenemos que ser muy cuidadoso donde depositamos nuestra atención. La segunda es una escena que se desarrolla en una cabaña mientras tres adultos discuten el futuro de un niño mientras en el trasfondo, a través de una ventana, vemos a dicho niño jugando en la nieve, con claro detalle gracias al enfoque profundo de la toma. Esta escena en particular es de esas que nos hipnotiza por su fortaleza visual y podemos perder de vista que el director quiere mostrarnos exactamente lo que el niño está a punto de perder.

En la superficie, esta película es tan divertida e interesante como cualquier otra, pero cuando uno rasga un poco más, va viendo un estudio profundo de la condición humana. Personalmente me tomó al menos 4 vueltas a esta cinta para poder salir del trance que provoca la cinematografía para darme cuenta que detrás los trucos y las técnicas de cámara se esconde una detallada y fascinante reflexión de un hombre que aún adquiriendo una enorme riqueza, aún teniendo todo el mundo a sus pies. Es incapaz de recuperar lo que perdió en su niñez.

Orson Welles debuta como director, con un libreto de Herman Mankiewicz, que produjó una obra maestra repleta de toques geniales y una historia cautivante que, a pesar de haber sido escrita hace más de 70 años resuena aún hoy día por su tratamiento de temas como la desigualdad, la injusticia, el poder y la manipulación de la prensa. El cinematógrafo Greg Toland une sus talentos a Welles para crear una cinta que estaba adelantadísima a sus tiempos, y que a mi juicio, no ha sido superada aún gracias a su innovador uso de sombras y el enfoque profundo, entre otras cosas. En adición, lo que hace que la cinematografía sea memorable es que Toland y Welles fueron muy intencionales en el uso de cada truco de cámara para que cada escena, tanto visualmente como narrativamente, fuese construyendo el mito de Charlie Kane.

La actuación es otro punto fuerte. El propio Welles nos interpreta al personaje titular, Charles Foster Kane, con una honestidad y profundidad nunca antes vista y, a mi juicio, no replicada hasta Marlon Brando en "A Streetcar Named Desire". El trabajo del maquillaje es impresionante ya que vemos a los mismos actores interpretando a los mismos personajes en una historia que abarca muchísimas décadas con un detalle y realismo asombroso. Vemos grandes actuaciones de actores que en su mayoría realizarían en C.K. su debut en el cine como William Alland, Ruth Warrick, Agnes Moorehead y el propio Welles.

Debo reiterar que Citizen Kane es monumental, no en balde ha sido seleccionada por numerosos foros como la mejor película en la historia de Hollywood.
Cuenta una historia sumamente interesante y entretenida, empleando un sin numero de técnicas y aparatos que estaban adelantados a su época, con el único fin de dar mayor profundidad al alto grado de simbolismo que encierra cada una de las escenas.

El cine es capaz de transportarnos a nuevos mundos, ya sea a través de la concepción visual de un lugar o un personaje, o a través de una narrativa que nos capture y nos rete. Aún 70 años luego de su estreno, Citizen Kane permanece como un monumento que nos recuerda que en las raras ocasiones en que ambos aspectos, no solo se combinan, sino que se complementan, el cine es capaz de producir obras de arte dignas de ser expuestas junto al David de Miguel Ángel, o la Mona Lisa. Sí, es así de buena mi gente.



Lo bueno:
  • La historia.
  • El simbolismo.
  • La actuación de Orson Welles.
  • Los juegos de luces, sombras y perspectivas.
  • Los maquillajes.
  • Rosebud.
  • La banda sonora.
  • El libreto lleno de líneas memorables.
  • El enfoque profundo.

Lo malo:
  • Absolutamente nada.


Trailer:
Recopilado de: youtube.com

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